El nombre de las piedras de Kurama proviene del nombre del río Kuramagawa, que está cerca de Kyoto, Japón. Fue en este río que formó una "vieja" de granito oxidado que dio lugar a estas piedras conocidas.
Dada la escasez y los altos precios que el natural Kurama hoy alcanza, inspirado en su originalidad, muchos ceramistas hacen vasijas, simulando las formas y texturas del Kurama.
Estas cerámicas a imagen del Kurama se utilizan en estilos bonsai donde se pretende enfatizar la naturaleza, estilos como "Baked by the wind", bosques o plantas con mucha madera muerta, encajan perfectamente con el kurama.
Los bloques de las llamadas piedras (Kurama ishi) se encontraron generalmente en forma de capas planas o curvas, que al separarlas dieron lugar a diferentes formas recordándonos los diferentes ciclos lunares, como Mikazuki (cuarto de clasificación).
Pero lo más frecuente fue Funagata (en forma de barca), muy utilizado para Bonsai estilo inclinado. También hay Kuramas en formas más planas, indicadas para la formación de bosques.
Entre la clasificación de Kurama hay otra variedad llamada Kurokurama, negra y utilizada para los Suiseki e Ikebana.
Algunas de las sensaciones invocadas en la creación de Kuramas:
Wabi: puede significar melancolía, triste, silencioso, todavía, modesto, solitario, decepcionado, calma. Wabi es un sentimiento subjetivo evocado sobre un objeto.
Sabi: puede significar viejo, sereno, viejo, maduro. La presencia de Sabi sugiere brillo u otros signos de tiempo.
Shibui: puede significar silencioso, elegante, moderado, reservado y refinado. La elegancia tranquila y discreta.
Yugen: puede significar oscuridad, vacía, misteriosa, profunda, incierta.
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